BAILA... PERMÍTETE BRILLAR

Hola Soy Jacky, tengo 30 años y nací para bailar.

Me recuerdo bailando desde los 4 años, cuando mi familia se juntaba para los cumples. Mis primas y yo hacíamos coreografías de cada canción que se cruzaba por, en ese entonces, la radio.

A medida que fui creciendo el baile iba formado parte de mi. En el colegio no había actuación donde no aparezca bailando, actuando, tocando cajón o cantando. Debo confesar que ¡me encantan los escenarios! Tal vez era porque, ya desde ahí, sentía que era mi lugar.

Era una niña estudiosa, risueña y con muchas ganas de brillar, pero tenía un gran inconveniente. Era gordita, y eso hacía que me sienta mucho menos que las demás niñas y hasta podría decir, con menos habilidades que ellas.

Fui creciendo y conmigo mi ansiedad y mi poco amor. Sin embargo, si me daban la oportunidad de bailar, me volvía un trompo incansable. Bailaba sola y, realmente, éste era uno de los pocos momentos donde me conectaba conmigo.

A los 23 años me casé. Dejé de bailar porque “una mujer casada no puede hacer esto o el otro...”. Dejé de salir, dejé de vivir muchas cosas, dejé de ser yo. Me perdí entre lo que supuestamente debía ser una esposa y lo que realmente quería ser. Me equivoqué totalmente.

Luego de 4 años, me divorcié y decidí que me iba a reencontrar conmigo. Ya tenía 27 años y quería ser feliz. En mi búsqueda, descubrí que el baile me conectaba, me daba vida y la oportunidad de ser quien quería ser; una mujer súper segura de sí misma. Pero como las personas muchas veces nos enfocamos en el trabajo y no en nuestros sueños, poco a poco fui dejando de bailar. Comencé a pensar más en mis responsabilidades y lo que debía hacer para “vivir”.

Llegó el día de mi cumpleaños número 30 y al apagar mis velas solo pedí a Dios y al universo que este año tenga la oportunidad de cumplir mis sueños. Para ese momento yo conocía Ladies Latinas solo porque veía sus videos en facebook (¡me emocionaba ver a todas las chicas tan seguras bailando y sintiéndose hermosas!).

Un día me armé de valor y decidí no seguir postergando esas grandes ganas de meterme a mis clases de baile. Me inscribí en el Project 1. Cada clase era una oportunidad para crecer, para amarme un poquito más. Cada vez que me miraba al espejo mientras bailaba, reconocía la gran mujer en la que me había convertido. Las clases eran mi espacio de encuentro, mi momento de empoderamiento.

A las pocas semanas salió la convocatoria para ser parte de un grupo para bailar en el Vive Latino. Las inseguridades me invadieron nuevamente. “¡No bailo tan bien como para pararme en un escenario!”. “¡Estoy gorda! Ni hablar me pongo esos vestuarios chiquititos”. Felizmente tuve un momento revelador y algo en mi cabeza dijo: “Jacky, eres una mujer maravillosa. Amate así como eres, permítete brillar”.

!Y me lancé, sin patito salvavidas, a una de las aventuras más hermosas! Tuve la suerte de pertenecer a un grupo de mujeres espectaculares que solo querían aprender, luchar por sus sueños y ser felices. Tuve la suerte de tener profesoras que, con mucho amor, te enseñan no solo a bailar, sino también a quererte tal cual eres, a sonreír ante cualquier cosa, a meterle pasión a todo lo que haces.

Ese día me paré en el escenario y BRILLÉ. Le grité al mundo que me amo y que nací para bailar. Le grité al mundo que yo tenía el valor para cumplir mis sueños y que no me importaba tener el cuerpo perfecto, ni los movimientos más estilizados. Solo me importaba ser la mejor versión de mi.

Hoy soy parte de Ladies Latinas, un grupo de mujeres empoderadas que se ayudan mutuamente a brillar y cumplir sus metas. Hoy me siento linda, una mujer que se empieza a sentir sexy. Sigo en crecimiento, descubriendo nuevas cosas en mi y todos los días repito en mi cabeza: QUIERO BAILAR, INSPIRAR, CRECER Y SER FELIZ. ¡QUIERO BRILLAR!