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Primero bailo, luego (me) re-conozco

Hola, soy Brenda Reynoso, tengo 24 años, y hasta antes de escribir este texto me consideraba una chica muy extraña (según yo), pues contrariamente a mi forma de ser (algo introvertida e insegura), me gusta bailar y que me vean hacerlo.

He bailado empíricamente desde pequeña, y poco a poco fui descubriendo que tenía el don de la memoria para aprenderme distintas coreografías en tiempos cortos. Pero toda mi vida tomé el baile como un hobby que siempre debía postergar…pues en casa me enseñaron a poner otras cosas como prioridades. Incluso en el colegio se me transmitía este pensamiento: pasaba todo el tiempo en clases teóricas que ni educación física tenía como curso.

Nunca pisé un salón de baile hasta que llegué a la universidad: Ingresé al elenco de danzas urbanas, espacio que me brindó mucho aprendizaje por personas dedicadas al baile, muchas de estas personas habían pertenecido a otras especialidades académicas, pero cambiaron su camino universitario para estudiar danza como carrera. Esa idea de dejar algo a medias para empezar de cero me parecía muy loca, pero loca de buena manera, y me alegraba por ellos pues llevar la danza o el arte en general como especialidad es –mayoritariamente- solo para valientes.

Y bueno, tiempo después, llegué a Ladies Studio por trabajo, pero de no haber sido ese el caso, hubiese entrado por la puerta de todas maneras como alumna, pues veía videos de ellas donde lo daban TODO y aspiraba a poder bailar así, con tanta técnica, carisma y elegancia.

En mi último ciclo de la universidad, se me presentó una oportunidad única de trabajar como freelancer en un proyecto largo que me amarró a NO postular a ningún otro trabajo por temas de tiempo terribles. Pero, sin buscarlo, vi la convocatoria de Ladies que requerían a una chica audiovisual que ame bailar…osea era YO, sentía que me llamaban sin conocerme y que no postular sería pecado. Postulé al toque sin pensar en las consecuencias con la otra chamba (yo soy una persona muy chill, nada me estresa, nada me hace perder mi humor habitual, PERO tuve muchos días de cruces laborales realmente difíciles y para llorar…pero esa ya es otra historia).

No me arrepiento de mi decisión, entrar a Ladies me cambió la percepción del baile y de la forma de aprender, con sororidad (concepto que había leído, pero no sentido nunca), donde con constancia y en manada, se puede llegar muy lejos. Mia Noel me abrió las puertas de Ladies Studio, su casa, y cuando alguien te invita a un lugar tan chévere con tanta confianza y buena vibra te sientes parte dé desde el inicio.

Me acuerdo que el primer taller que llevé en Ladies fue Project 1, y aún veo videos de mí en esas épocas y siento que he avanzado inmensamente, agradezco demasiado a cada una de las profesoras con las que he tenido la oportunidad de compartir una clase. Cada profe es distinta y con diversas cualidades, y lo más chévere es que la mayoría de ellas ha llevado su proceso de baile en Ladies Studio, primero siendo alumnas, por lo que entienden a cada personita nueva que ingresa con ganas de aprender.

De hecho, el proceso depende mucho del aprovechamiento de cada alumna. Y siento que soy privilegiada porque antes de aprender moviéndome en clases, pude aprender observando cómo bailan otras, las diversas energías que cada ser transmite, y familiarizándome con el movimiento. Recuerdo que no comprendía para NADA cómo movían los brazos de forma tan disociada y

natural, que se veía bravazoo, mi cerebro explotaba, pero ahora puedo decir que me sale y lo aprendí mirando unas mil veces en las clases mientras grababa jajaja…

Si tengo algo que aconsejar es que lleven cada clase con la concentración al 200%, sin chongo, sin pensamientos viajando en otros lados, sin pesimismo porque algún paso no sale, sin preocuparte por “cómo se te ve” o por el “qué dirán”. Es difícil, a mí me da un roche inmenso freestalear… pero cuando estás muy concentrada en algo, lo demás desaparece. ¿Bueno, recuerdan de dije que soy chill? Ese es un problema para mí a la hora de bailar, pues yo no era capaz de transmitir nada de nada. Recuerdo que Mia me dijo una vez que me parecía a Daria jajajaj amé (no me lo dijo en un salón de baile sino en una reu del equipo donde muestro mi seriedad habitual), me causó mucha gracia, pero lo relacioné al toque con mi baile “bonito” pero insípido.

Es que transmitir es tan difícil, aunque parezca sencillo. Interpretar una canción se puede dar de distintas maneras, y yo, con la concentración a mil en los pasos, me olvidaba de mi cara. Recién en esta etapa cuarentenal he explorado la interpretación gracias a los momentos de plática entre profe y alumnas en las clases. Donde nos dicen que lo importante no está en la coreografía, sino, como dice Mia, en vivir la canción, entender de qué va, establecerte un papel fijo y fluir. Olvidarte de la secuencia y sentir. Desde que puedo sentir la canción, mi chip cambió, me siento más segura al bailar y con la capacidad de conectar con otrxs.

Ladies Studio como espacio es capaz de crear comunidad. Lo que vivimos ahora mismo con la pandemia es una situación que tiene para rato. Más que añorar regresar a bailar a un salón o a un escenario físico, debemos sacar provecho de lo que podemos hacer desde casa en esta vida virtualizada. Y Ladies Studio es un ejemplo de lo que la virtualización hace posible: se puede entrenar en equipo, crear montajes coreográficos grupales, bailar y sentir que vas aprendiendo junto con otras, cada quien, en un distinto proceso, pero con un mismo camino.

Tomar las clases y aprender en casa puede ser provechoso porque ejercitas el cerebro de una forma que en un salón no. Una amiga y profe que me ha ayudado inmensamente y admiro mucho –Male- dijo que el baile es mucho más que pasos juntos entre sí, sino que cada movimiento nos produce una sensación. Y sí, pensando más allá, nuestras casas, nuestros espacios personales, nos describe en lo más profundo. Siento que bailar desde tu propia casa te da un gran impulso en cuestión a entender tu propio movimiento y arriesgarte a descubrir más. La casa puede ser un buen espacio para empezar a pensar en nuestra personalidad dancística a través de las sensaciones que nos generan realizar ciertos movimientos. Además, bailar desde una pantalla sin un espejo adelante mío, me ayuda a ser más consciente de mis movimientos, pues no veo cómo se ven o si formo líneas correctamente, pero debo sentirlos.

En general, Ladies Studio ha permitido que me conozca más, yo ODIO describirme por mi misma inseguridad y falta de introspección, pero ahora sé que me gusta crear coreografías, que tengo oído musical, que amo la bachata y recrear el drama, que necesito más técnica y práctica, que quiero llegar a ser bailarina con todas sus letras y que tengo varias habilidades para lograrlo. Y que no soy una persona rara o contrariada, que los seres introvertidos también podemos bailar, con seguridad, sin roche y frente a mucha gente. Les invito a reconocerse, esto y la constancia que cada quien le mete para mejorar es la clave de todo.


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