Ama cada paso que das

Hola, ¿cómo estás? Espero que muy bien y cada día más fuerte, especialmente en estos momentos que considero a todos nos ha marcado de alguna manera. Pues bien déjame presentarme, soy Melissa Ramírez (pero puedes llamarme Meli). Tengo 24 años y para serte sincera mi amor por el baile exactamente no sé cuándo empezó. Probablemente desde siempre solo que nunca fui consciente de ello.

Mi niñez pasó sin tanto baile solo una que otra presentación en los festivales de danza que se realizaban en la escuela. Sin embargo, no fue hasta la secundaria que descubrí que el baile era para mí. Durante los 5 años de la secundaria participé de los bailes modernos que desarrollábamos con un grupo de amigas para los shows del día de la madre y aniversario del colegio. Los primeros años conseguimos un coreógrafo para que nos apoyara, pero los dos últimos años de la secundaria nos propusimos crear las coreografías por nuestra cuenta. Sí que fue todo un reto al inicio pero buscando inspiración en miles de videos lo pudimos lograr. Después de todo resultó ser una gran experiencia que disfrutamos con todo el grupo y aprendimos todas juntas a trabajar en equipo. Dicha etapa, sin duda alguna, me ayudó a formarme en quien soy ahora, porque no me quepa duda que el baile transforma vidas. En base a mi experiencia de adolescente, me ayudó a ganar más seguridad, a tener confianza en mí misma, pero más que nada a hacer las cosas con amor y disfrutarlas de cada momento bueno o malo que toque vivir. Al fin y al cabo todos somos el resultado de las diferentes experiencias que nos toque vivir. En fin, una hermosa etapa que guardo en mi corazón con mucha alegría.

Pues bien, se acabó el colegio y era hora de emprender un nuevo camino. Me decidí por estudiar Ingeniería Civil, pero algo en mi corazón me decía que no quería dejar el baile de lado. Sin embargo, las circunstancias de la vida me llevaron a priorizar mis estudios y por miedo a no poder con ambas cosas decidí dejar el baile durante dos años para enfocarme a solo a estudiar. Sí, lo sé, el miedo muchas veces nos priva de muchas cosas que queremos hacer. Esta etapa en definitiva me enseñó que no era lo que quería para mí. Disfrutaba mucho estudiar mi carrera, pero sentía que me hacía falta algo, no quería que mi vida universitaria fuera solo estudiar. Así que decidí meterme a más actividades extracurriculares y me inscribí en las Noches Culturales (festivales de danza folclórica) y concursos de bailetones que se organizaban en la facultad. Aún recuerdo lo tarde que eran los ensayos y entrenamientos, en muchas ocasiones llegaba 12:30am o 1:00am a casa, porque cabe decir que vivía a dos horas de la universidad, pero para serles sincera no me importaba, lo valía. Me sentía feliz y completa en cada ensayo. A la par empecé a asistir a clases de salsa cubana que dictaba un grupo en la universidad y descubrí este maravilloso género musical. Sin duda alguna toda esta etapa me permitió conocer a personas maravillosas que sentían el mismo amor por el baile que yo y me alentaban a seguir creciendo en este ámbito. Sin embargo, llegó la etapa de las prácticas pre profesional y junto con la universidad me alejaron del baile por completo, porque creía que el tiempo no me daba para más. ¡Cuánta mentira! Estoy segura que organizándome mejor, se podría haber logrado, pero como siempre digo cada etapa nos deja una enseñanza.

Como habrán notado hasta la fecha no me había inscrito a unas clases de baile y para serles sincera aún me pregunto porque no lo hice antes jajaja Probablemente, fue el hecho de que siempre pensé que el dinero lo debía ahorrar y que no debería invertir en mis hobbies o cosas que me gustan porque no era prioridad (suena tonto ahora que lo escribo, pero esos pensamientos me privaron de muchas cosas). Otro factor también fue que para mis 23 años ya era mayor como para empezar a formarme como bailarina, que eso lo debí empezar hace muchos años. ¡Qué equivocada estaba!

No estoy segura de qué fue exactamente lo que cambió mi mentalidad, pero durante el último ciclo de la universidad, un amigo me invitó a asistir a unas clases de salsa en una escuela. Y para serles sincera antes de decir que sí lo pensé muchísimo porque lo primero que vino a mi mente fue no es prioridad, no lo podré manejar con el trabajo y los últimos cursos, etc. Muchos miedos. Pero después de tanta vueltas me dije: “Melissa, ¡vamos, no la pienses tanto!, ya es momento de que inviertas en ti, en algo que hace mucho quieres”. Y fue así. Me animé por las clases y hoy en día le agradezco mucho a dicho amigo por animarme porque cambió mi rumbo. He conocido a grandes amigos y con tan linda energía en la escuela. Fue allí donde también conocí la salsa on1 y la bachata, y fue allí donde me pude reconectar con la danza y definitivamente lo amé, lo amé por completo. Cada día luego del trabajo iba volando para alcanzar las clases de baile. Cabe decir que del trabajo a la escuela era una hora de viaje y de la escuela a mi casa otra hora. Sí, era matado viajar tanto pero no me importaba porque al final de cada clase salía con una sonrisa de oreja a oreja. Creo que ya me había acostumbrado a los viajes largos por la universidad. Como dicen: ¡Muerta de cansancio pero feliz después de todo!

Llegó el 2020, y con ello la cuarentena. Muchas preguntas llegaron a mi mente: ¿Cuánto tiempo duraría?, ¿Qué es lo que está pasando?, ¿Cómo cambiaría nuestras vidas de aquí en adelante? Este periodo me ha ayudado a reflexionar en muchos aspectos de mi vida. Quería generar muchos cambios en mí. Siempre se puede ser una mejor versión de uno mismo, ¿verdad? Uno de esos aspectos era el baile. Para empezar me di cuenta de lo poco que conocía el entorno de la danza y decidí investigar un poco más. Fue así como llegué a conocer a Mía Noel mediante las redes sociales. Desde el inicio me encantó la energía que transmitía porque iba mucho más allá de solo bailar bonito, sino buscaba transformar vidas. Gracias a ella llegué a conocer a Ladies Studio y sus clases que estaba dictando en esta temporada. Me animé por sus clases online vía zoom y desde el inició me encantó su metodología porque no solo busca que las alumnas bailen bien sino que crezcan personalmente, confíen en ellas mismas, se tengan paciencia, gocen de cada paso que dan y disfruten de todo el proceso en sí. La verdad es que estoy muy feliz y agradecida por haber llegado a este espacio que me llena de felicidad y libertad, en donde se puede compartir con tantas chicas diferentes y únicas a la vez, y donde nos une las ganas de aprender y seguir creciendo en todo ámbito. Además, me encantó el staff de profesoras, son maravillosas, porque siempre están dispuestas a ayudarte a mejorar y te motivan siempre. Por último, pero no menos importante, amé el nuevo espacio que crearon Power-You, un espacio para compartir diversos temas y experiencias propias que ayudan a crecer en lo personal. Sin duda alguna, estoy feliz de haber llegado a Ladies Studio y espero algún día poder conocer a cada miembro de la escuela en persona. Sería hermoso. Gracias a toda esta experiencia me ha ayudado a decidir que no quiero dejar el baile nunca. Quiero que me acompañe a lo largo de toda mi vida, porque es mi complemento perfecto. Es hora de seguir trabajando por los sueños.

Ya para ir cerrando esta historia, hace unos días me llegó un correo de Ladies Studio para contarme que había sido elegida como alumna destacada. Me invitaron a grabar un pequeño video de baile y escribir una corta historia sobre mí. Sinceramente, me emocioné al recibir el correo porque en lo personal fue alentador y motivador de seguir con este gran sueño de crecer como bailarina. Me dije: “Algo debes estar haciendo bien Melissa, sigamos así” (siempre intento darme porras para seguir jajaja) Sé que pasito a pasito se podrá ir haciendo realidad este sueño, lo importante es la constancia. Y pues aquí estoy redactando por primera vez un fragmento de mi historia. Realmente ha sido un reto personal, no sabía ni cómo empezar. Nunca lo había hecho antes. Si has llegado hasta aquí te agradezco muchísimo por haberme leído. Espero lo hayas disfrutado tanto como yo al hacerlo.

Quiero concluir mi pequeña historia con esta reflexión: “Hay que disfrutar de cada paso que vamos dando por más pequeño que sea, porque ello quiere decir que cada vez estamos más cerca de lograr nuestros sueños. Además, aprendamos poco a poco a tenernos paciencia, aceptarnos y amarnos tal cual somos. Aceptar y amar para mejorar. Recuerda que nunca es tarde para empezar cosas nuevas en la vida o para retomar aquello que por miles de excusas hemos venido posponiendo. No hay límite de edad para nada. Los límites nos lo ponemos nosotras mismas. Y si a veces no sabemos cómo empezar, hay ocasiones en que necesitamos hacer una pausa para reflexionar y conectarnos con nosotras mismas, y con ello retomar el vuelo para ir más alto.” Te deseo todo lo mejor en cada etapa que te toque vivir. Recuerda no olvides sonreír, disfrutar y bailar siempre. Te envío un fuerte abrazo. Ten un maravilloso día. Cuidate.