top of page

La danza: mi salón de clases de la vida y el motor diario de mi corazón

Hola, mi nombre es Cinthya Cabanillas, tengo 29 años y hoy vengo a regalarles unas líneas sobre mi razón de existir: la danza. Esta disciplina tan hermosa que sin darme cuenta se ha convertido en la principal esencia que día a día le da vida a mi corazón.

Todo empezó cuando…no, a ciencia cierta no tengo el recuerdo exacto de cuando fue que la danza y yo nos encontramos tan profundamente. Quizá solo se dio, fue como un romance de esos que no previenes pero que, al dar la media vuelta, te tienen más loco(a) de lo que imaginas.

Si se trata de hacer un recuento de mi vida, recuerdo que bailo desde que tengo uso de razón. Participaba en todas las actuaciones en el jardín de niños. Luego repetí el plato durante la primaria, cuando estaban de moda las toadas; y ya para la secundaria, sumado a la fiebre del Axe, me uní fuertemente con el ritmo, color y sabor de nuestro maravilloso y multicolor folclor peruano.

Uffff…nuestro folclor nacional. Con él bailé, gocé, grité, lloré y tuve mi corazón a punto de explotar en diversos escenarios del Perú, desde los lugarcitos más recónditos, hasta otros que nunca imaginé en el mundo ya que, con la gracia y bendición de Dios, pude realizar dos giras por Europa. Me tatué la bandera peruana en el corazón durante dos meses cada vez y dejé todo de mi ser, por cada peruano al que representé.

Creo que empecé a conciencia a los 13 y desde entonces no paré. A la par de mi formación como comunicadora social, la danza se convirtió en mi mejor refugio y mi sueño. Mi espacio perfecto para disfrutar y crear los momentos más inolvidables y felices, así como también el lugar perfecto para curar las penas más dolorosas. Sin embargo, en algún momento me perdí; esa luz interior se apagó, quizá solo agotada de creer y apostar, y recibir del otro lado (o de personas cercanas) una fe a medias. A veces las personas no lo notan, pero pueden lastimar el corazón y la fe de los demás, en sus locos intentos por destacar por encima de otros(as).

Ciertamente el mundo de la danza exige un nivel muy alto de competitividad, rigurosidad y dedicación. Todo(a)s apuntan ser lo(a)s mejores y quizá en ese sendero, se entra en un sinfín de comparaciones innecesarias e incluso de aptitudes que no suman. No obstante, es primordial no olvidar que el camino hacia el éxito no está en la competitividad con el otro, sino con uno mismo, con tu potencial descubierto al mil por ciento, día a día.

Siempre lo sentí así, pero probablemente en el trayecto lo olvidé y fue la familia de Ladies Latinas el espacio que me lo recordó. Venía de un proceso de deconstrucción y reconstrucción, en el que luego de haber dejado de bailar por unos cuatro meses, me había inscrito en clases de salsa casino, donde encontré un grupo de gente maravillosa y talentosa, 100% humildes, y quienes desde el día 1 me regalaron fe y alegría. Tanto así, que de ahí gané a uno de mis mejores amigos.

Yo venía de un mundo salsero distinto. Había aprendido y bailado durante muchos años salsa on1 en pareja, ahora practicaba rueda de casino (conocida también salsa cubana o salsa casino) y aún sentía que algo me faltaba. Había escuchado y leído de un grupo de chicas que bailaban Ladies Style, conformado por bailarinas profesionales que hoy por hoy ya dictaban talleres abiertos donde enseñaban desde cero. Entonces me pregunté, ¿será que me inscribo? Llena de dudas averigüé sobre ellas y ¡oh sorpresa! bailaban salsa on2.

¡Rayos! (me dije) Ahora cómo hago para aprender on2 y poder entrar. Finalmente, me armé de valor y dije ¡me matriculo en algún curso y que sea lo que Dios quiera! (jajajajaja) Pero no tuve tanta suerte, los horarios se me cruzaban con el trabajo y otros ensayos, así que solo tuve que dejarlo pasar.

Luego de unos meses insistí y sin imaginarlo la luz volvió a mí. Se abrió un taller llamado ‘Arma tu horario’. Era una opción donde podías acomodar un paquete de horas predefinidas asociándolas con tu tiempo-vida jajaja. Muy bien (me dije), ¡es ahora o nunca! Y me matriculé, llena de miedos, dejándome llevar solo por una corazonada, porque realmente nunca imaginé cuanto aprendería en Ladies Latinas y que este sería el primer paso para reencontrarme, reconocerme por dentro y por fuera (físicamente) y aceptarme desde lo más profundo de mi alma para así transformar todos mis sentimientos en energía positiva que contagie a los demás. Un lugar donde aprendí a retarme a diario y a aceptar romper los estigmas de los estereotipos que siempre nos aquejan.

Si solo volteo y me miro en retrospectiva hacia un año atrás cuando llevé mi primera clase y salí airosa (jajaja), y luego cuando unos meses después estaba temblando en la audición del 2018, solo sonrío y a la vez me lleno de lágrimas, pero de felicidad. De felicidad infinita por dos simples motivos: 1) nunca creí que podría lograr todo lo que conseguido en estos 29 años tan solo aferrada a la fe y esas ganas incansables de autosostenerme, y 2) cuan dichosa puedo ser por haber tenido la oportunidad de renacer a través de la danza. Renacer en espíritu al lado de gente que en el 2018 me lleno de luz, así como de una comunidad de mujeres excepcionales en Ladies Latinas, una más inspiradora que la otra.

Empezando por Mia Noel, nuestra fundadora, líder y guía, el motor impulsor de las más de 500 mujeres de este hermoso movimiento transformador y sanador. Ella, más que una destacada bailarina, es realmente nuestra madre, amiga, maestra y mujer. Un ser humano inspirador, capaz de arrancarte una lágrima y/o hacerte la piel de gallina por todo lo que transmite en cada mensaje que te brinda, así como en cada interpretación. Quien te enseña que la danza es la comunicación más pura y transparente del alma, con un lenguaje aprendido a través de la dedicación y entrega constante en cada clase, ensayo o práctica.

Que si son los años los que te hacen comprender muchas cosas, quizás sí. Aunque quizá más que los años, son las circunstancias y el momento preciso de la vida, en el que te toca trascender para ti, así como para convertirte en un modelo de fortaleza para otro(a)s. Para quienes aún no se atreven.

Este es mi nuevo yo. Una Cinthya más segura de sí misma, menos susceptible, más atrevida y fuerte. Una Cinthya que hoy quiere compartirte una frase: “nunca digas soy el mejor, decí soy bueno en lo que hago. Nunca te creas más que nadie, pero tampoco menos. Cree en ti porque si no, nadie lo hará (…) Acepta la crítica de los que te quieren y haz que te “corran” aquellas que llegan con maldad. Ponte objetivos y sube el nivel de ellos cada vez que alcanzas uno. No esperes que la suerte golpee a tu puerta. Haz todo lo que esté a tu alcance para lograrlo y que los demás piensen que eres afortunado(a)”. Fue escrita por Fernando Sossa, un maestro de la salsa a quien admiro.

Finalmente, solo quiero agradecer a quienes me regalaron estos minutos de lectura. Cierro diciendo: ¡Sueña, sueña en grande y con todas tus fuerzas! Luego corre y abraza tus sueños que sin darte cuenta será un encuentro contigo misma(o) y todo lo que pudiste lograr”.

Con mucho amor, Cinthya.


join us

 for the 

PARTY

Recipe Exchange @ 9pm!

Tags
Sígueme
  • Facebook Basic Black
  • Twitter Basic Black
  • Google+ Basic Black
bottom of page