He descubierto que también puedo bailar y como yo quiero
Mi mamá dice que cuando yo era pequeña y oía música inmediatamente movía mis hombritos. Mis antecedentes son: mi abuelo no sabía bailar pero hacía el intento, mi abuela tiene su ritmo, mi mamá además de ser cantante ama bailar y en mi familia soy la tercera artista pero la primera que decide dedicarse de lleno al arte.
Mi nombre es Cynthia, tengo 27 años, soy actriz, me dedico sobretodo al teatro musical y en los últimos años he descubierto que también puedo bailar como yo quiero.
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Mi primera clase de baile la llevé cuando yo tenía 10 años y aprendí a bailar marinera. ¡Me gustaba tanto! Aprendía más rápido que mis compañeros de clase, no se si porque era joven o porque era buena, mi profesora decía que tenía ese no sé qué que requiere la marinera y que no te lo da el aprender solo los pasos. Lo cierto es que entre una y otra cosa no continué entrenando y hoy es uno de mis pendientes.
No volví a llevar una clase de baile hasta que descubrí el teatro musical y me tocó aprender Jazz (sí, el jazz también se baila y no solo se toca), tuve que aprender a bailar pero con técnica pero esto requería físico, flexibilidad y estudios previos de ballet y la verdad es que yo no tenia ni lo uno ni lo otro pero en el momento no lo sabía ¡qué iba a saber pues! Tenía recién 18 años, mil ilusiones y solo 1 sol de conocimientos sobre el arte y la verdad es que la pase muy duro. Llegué a manos de un director de teatro bastante bueno y bastante cruel que sufría con mi poca destreza física y me decía constantemente que le significaba un problema, que dentro del ensamble (cuerpo de bailarines del elenco) era la que más resaltaba por lo mal que me salían las marcaciones físicas y llegó incluso a compararme con una ameba, en su afán de ejemplificarme lo mala que era. Yo le creía, no solo porque confiaba en su ojo de director sino porque además yo me sentía mal con lo que miraba al espejo y en mi compararme con mis compañeras y no entendía porqué me pasaba eso.
Los caminos artísticos hicieron que me aleje de este director pero lo que él había dejado en mi cerebro jamás se fue y por más que yo después llevé ballet, mejoré, hice mil cosas más y etc, jamás salió mi cabeza la idea de que era mala y que no servía para la danza y que siempre me iba a quedar en el intento.
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Asi con todo llegué a Ladies Latinas porque además si hay algo que disfruto bailar como la marinera es la salsa. Lleve mi primer curso hace 2 años y me fui por un problema en la espalda que me duró varias semanas y en bien pude regresé este año a inicios. Sentí comodidad en cada una de las clases pero sobretodo sentí que me tenían paciencia, algo que no muchos profesores de danza tienen con sus alumnos en el ánimo de exigir perfección de movimiento. Me gusta el mensaje de Ladies Latinas así que ni bien supe de la admisión para los Teams me anoté, con la seguridad de que no quedaría pero con el presentimiento de que me elegirían y la verdad es que viví la audición más divertida de mi vida. Por primera vez competía con tantas mujeres pero no tenía que preocuparme de ser mejor que la del costado porque lo que estaban buscando no era a quien levantara la pata más alto que la otra sino quien disfrutaba más bailar y me di cuenta de que eso se me había olvidado, me había concentrado tanto en que los pasos (de cualquier tipo de baile en general) me salgan tan bien que me había olvidado de disfrutar y emocionarme con la música. En Ladies Latinas aprendí, aprendo aún a aceptar la imperfección de mi movimiento y a entender mi cuerpo un poco más. Aquí he descubierto que hay una danza (más) para la que puedo ser buena pareciendo o no una ameba 🤣 y eso me ha vuelto incluso un poco más humana y tolerante conmigo pero sobretodo me he sentido querida, cuidada, siento que es un espacio ordenado y bien dirigido, eso a mi me importa mucho porque siento que mi aprendizaje está en buenas manos, tanto es así que hasta he empezado a improvisar con canciones que escucho en la radio o que están mi playlist y para mi significa mucho porque hasta hace un tiempo era un área bloqueada en mi (quizá por todos mis traumas).
Bailar tiene que ver con mostrar lo que eres y quizá yo sí me parezco a una ameba y ¿por qué eso estaría mal? tampoco creo que exista algo a lo que me “tenga que “ parecer para agradarle a otra persona. Por el contrario, bailar es libertad y va relacionado con aceptarse y fluir pero sobretodo con entender que puedes avanzar hasta donde tú quieras y eso se lo agradezco a este espacio femenino hecho para bailar.
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