¡Por un Perú en sintonía!
Un país con gente unida avanza al mismo ritmo y creo que la danza es un medio para desarrollar la empatía que nos permite lograr esa conexión.
¡Hola! Soy María Sánchez Zerillo, Mari para todos los que me conocen, y estoy emocionada por contarte parte de lo que me apasiona. Es loco que me toque escribir justo en tiempos de cuarentena en los que la empatía y la unión es lo que más necesita el país; así que espero trasmitirte mi percepción de la danza como un medio para lograr esa conexión.
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Primero un poco de mi historia. Nací y crecí 16 años en Huacho, la capital de la hospitalidad, y en esta linda ciudad empezó mi aventura con la danza. De pequeña era de esas niñas que participan de todos los eventos del colegio, desde teatro hasta concursos de matemáticas y de todos, los bailes claramente eran mis favoritos. Me encantaban los folclóricos, los latinos, el que fuera; yo siempre he sido feliz bailando porque a diferencia de otras actividades, no sentía la presión de competir, solo tenía que disfrutar y hacer que otros disfruten. Claro que me ponía nerviosa al inicio porque vas desarrollando la confianza en uno mismo y siempre está el temor a fallar pero mientras lo disfrutas, como todo en la vida, te darás cuenta que fallar será parte del aprendizaje y lo que más recordarás es lo bien que te sentiste haciéndolo.
¿Suena bien verdad? Disfrutar y hacer que otros disfruten, iniciando con la conexión con uno mismo, luego conectando con las personas con las que bailas y finalmente con tu público. Aquí nace mi pasión por la danza. No soy bailarina profesional y no pienso serlo, de hecho, soy ingeniera industrial y me encanta mi carrera; sin embargo, la danza ha sido una de las formas más divertidas para ganar seguridad, conectar con las historias que se cuentan en cada canción y conectar con las personas que comparten esta misma pasión, razón por la cual decidí dedicarle parte de mi tiempo a este bello arte.
En los últimos años de secundaria en Huacho, formé parte de un elenco de baile liderado por Anghello Barrón, hoy un bailarín muy destacado en mi ciudad. Esta fue una de las experiencias en el colegio que recuerdo con más cariño porque ser parte de elenco de baile te permite conocer a otras personas fuera de tu entorno social cotidiano ya sea porque no estudian contigo o no viven cerca a tu casa y probablemente están en otra etapa de sus vidas. Entonces salir de la burbuja en la que vives es un reto y conocer personas con otras ideas y aspiraciones te abre más la mente desarrollando en cada uno tolerancia y empatía. Todos éramos diferentes pero compartir una pasión en común nos mantenía conectados, porque disfrutábamos juntos y avanzábamos juntos, ya que no tenía sentido que solo resalte uno como mejor bailarín, buscábamos estar al mismo nivel para que al presentarnos en los diversos espacios, a todos les encante nuestra presentación. No se trata de ser todos iguales sino de que cada uno con su estilo aporte y se compenetre con el otro para transmitir una energía única. La música toca el alma y nos da felicidad, al conectarla con tu cuerpo a través del movimiento y entender que es un grupo humano en la misma sintonía que busca un objetivo común, es cuando desarrollas esa empatía necesaria para entender primero qué quería transmitir la canción y cómo la transmites tú; y segundo, entender lo que pasan los demás para volverse un equipo integrado.
En el 2012 me mudé sola a Lima para empezar la universidad y como muchos que empiezan esta etapa de su vida, dejé de ir a talleres de baile para dedicarme a estudiar. Al comienzo dije que sería solo el primer semestre para adaptarme bien a la universidad pero sin querer pasó un poco más de tiempo. En mi segundo año en la PUCP, llevé un curso de danza contemporánea como parte de los cursos alternativos a mi carrera y fue lo único que hice de danza en varios años. La danza contemporánea fue algo muy diferente a lo que conocía y me encantó también porque descubrí la diversidad en la danza y nuevamente salí de mi entorno cotidiano, la mayoría de las personas en este curso eran de carreras sociales y no ingenieros como yo.
En el 2019, luego de 5 años desde esa experiencia, ya con un trabajo y más independiente económicamente, decidí retomar la danza para no caer en una rutina entre el trabajo y mi emprendimiento. Es así como le pregunté a mi mejor amiga de la universidad sobre la academia en la que practicaba salsa y bachata, 2 ritmos que me encanta, y me contó su experiencia en Ladies Studio. Empecé a seguir la cuenta de instragram y me encantó tanto las presentaciones como el propósito de esta academia: “Empoderar a mujeres a través de la danza”. Luego de un mes me inscribí al taller de Basics porque no era muy conocedora de la salsa on2 así que quería tomarlo desde cero. Me sentía un poco tímida, hace mucho que no bailaba en talleres y nuevamente eran personas fuera de mi entorno cotidiano pero el equipo de Ladies Studio siempre ha sido muy cálido y cercano por lo que ir ganando confianza no tomó tanto tiempo esta vez.
Así pasaron los meses avanzando en los talleres (project 1, 2 y 3) y luego de un año siento que he avanzado más en esta disciplina conectando con mujeres talentosas y sintiéndome parte de un movimiento con propósito. Como mencioné anteriormente no busco ser bailarina profesional y quien se anime a estar en esta academia no tiene que aspirar serlo. Creo que si cada persona además de trabajar o emprender le dedica tiempo a actividades artísticas como la danza en cualquiera de sus diversidades, se desarrolla mejor como persona y nos permite tanto conocernos mejor como empezar a conectar con los demás.
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Así como la música sana el alma, la danza te vuelve más sensible a la interpretación porque conecta todo tu cuerpo y te ayudar entender a personas de diferentes entornos. Si bien no es la única forma de lograrlo, esta fue la que experimenté y me funcionó muy bien, siento que complementa mi día a día y me ayuda a desenvolverme mejor en otros aspectos de mi vida como mi trabajo, mi emprendimiento y la asociación de voluntarios en la que soy parte. Te invito a sentirte más conectado con tu entorno a través de la danza ¡Un Perú en sintonía nos ayudará a avanzar juntos!