Solo tú sabes lo que te llena el alma
Hola! Soy María Fernanda Aguirre, pero mis amigos me conocen como Fer, tengo 30 años y trabajo con mi hermana en nuestra marca de postres artesanales hace unos 4 meses.
Las personas que me conocen saben que siempre me ha gustado bailar y actuar. En el colegio siempre era la primera voluntaria para cualquier presentación, me encantaba hacer coreografías y se las enseñaba mis amigas, me gustaba formar parte de cualquier cosa que tuviera que ver con eso, la escenografía, vestuario, maquillaje, peinado. En mi casa, con mis primas siempre hacíamos algún baile por cumpleaños, reuniones, aniversarios, lo que fuera. Era mi pequeña burbuja y me encantaba. La vergüenza no era algo que se me pasara por la cabeza, para mí era natural hacer lo que más me gustaba, solo me lanzaba y listo.
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En el colegio estaba acostumbrada a andar con personas con la que había crecido, que me conocían y a las que yo les tenia toda la confianza del mundo, pero al salir de ahí y entrar a la universidad y el trabajo, inevitablemente te encuentras con personas muy distintas a ti con las que no necesariamente compartes formas de pensar. Al estar en un lugar en donde no conoces a nadie y estas sola lo único que quieres es encajar. En este proceso me cruce con personas que no tuvieron las mejores reacciones o comentarios cuando les hablaba del baile y de las cosas que quería hacer porque no entendían cuanto me gustaba. Poco a poco fui sintiéndome más incómoda bailando frente a otras personas o hablando del tema porque no quería que me volvieran a juzgar. Me empezaron a crecer un montón de miedos que hicieron que me alejara bastante de lo que yo amaba. Bailaba sola en mi cuarto, donde nadie me veía o con mi familia que era el único lugar en donde me sentía cómoda. Tomé un tiempo clases de ballroom porque eran personalizadas, el profesor y yo, pero las dejé porque querían que hiciera una presentación y yo sentía que me iba a dar un ataque cardiaco.
El año pasado fue una época en la que trabajé muchísimo en mí, casi que me obligué a volver a hacer cosas que me gustaban y que había dejado de lado, entre ellas estaba el baile. Llegué a Ladies Studio por Instagram y decidí inscribirme. Cuando llegue a las clases siempre me ponía en una esquina atrás o lo mas pegado posible a la pared casi que para ser invisible y poquito a poco me empecé a dar cuenta de que esta es mas que una academia de baile en donde te enseñan a bailar salsa o bachata, es un lugar en donde te enseñan a valorarte como mujer y te empoderan a través del baile, en donde la buena onda se siente y se comparte desde las alumnas hasta las profesoras y todas trabajamos juntas apoyándonos para ser cada día mejores. Hoy no solo soy capaz de hacer una de las cosas que más amo, sino que lo hago siendo plenamente yo y no hay nada más rico que eso.
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Nunca es tarde para cumplir tus sueños, si estas convencida de lo que quieres solo trázate una meta clara y dale sin miedos. Siempre van a haber personas con opiniones distintas a la tuya, pero solo tú sabes que es lo que te llena el alma. Hoy que estamos todos en cuarentena reflexionemos acerca de cómo nos relacionamos con las demás personas, tratemos de ser cada día mejores para que tal vez cuando volvamos a caminar, caminemos más despacio, más cercanos, más humildes, más humanos”.