Bailando siempre
Hola a todos, mi nombre es Adriana Isusqui y desde siempre una de las cosas que más me gusta hacer es bailar.
Cuando era niña, en el colegio, era de las personas que de todas maneras participaba en las actuaciones. Me encantaba la clase de folklore porque aprendíamos varias danzas peruanas, me encantaba usar un vestuario diferente para cada show e incluso, en la época en la que el Axe estuvo de moda, lo que hacía todos los recreos era subirme al escenario en el patio con unas amigas y bailar las coreografías.
Fui creciendo y cada vez que podía me inscribía a alguna academia de baile pero nunca sucedía que realmente conectaba con ellos; solo iba clase cada semana, aprendía una coreo y luego chau. Fue por eso que me quedaba poco tiempo en cada escuela, sabía que quería seguir bailando y aprendiendo pero no solo memorizar una coreo sino realmente sentirme parte de algo.
En esa época donde ya conocía el nombre de D1 y sabía que quería empezar alguna clase ahí pero en ese momento era bastante vergonzosa y, en retrospectiva, tenía el autoestima un poco baja. Vivía en Surco y trabajaba en Miraflores; antes de iniciar clases, googlee a todos los profes que había y así llegue a las clases de Sexy Dance de Mia en Magdalena, me gustaron tanto que no importaba la distancia para ir a clase dos veces por semana.
Al inicio, siempre me ponía atrás, me daba mucho roche estar delante o verme al espejo. Poco antes de empezar esas clases había terminado una relación y estaba un poco deprimida, sin confiar mucho en mí pero sabía que tenía que hacer algo para levantarme y que realmente me llene, así que me forcé un poco a ir a clase y a retarme ¡fue la mejor decisión de la vida!
Fue ahí que aprendí a verme al espejo y a sentirme cómoda con mi cuerpo, conmigo misma; es increíble como estas cosas pueden afectarte demasiado. Recuerdo que al mismo tiempo estaba debatiendo la opción de usar brackets y yo lo había pospuesto muchas veces porque pensaba que me vería super mal pero empezar a bailar me comenzó a dar mucha confianza y empecé a hacer cambios en mi vida.
Luego de un tiempo, hace un par de años, me enteré de la existencia de Ladies Latina y estaba segura que quería ser parte. Mis primeras clases fueron en un espacio pequeño Miraflores y recuerdo la vez que Mia hizo una ejercicio en donde nos pedía vernos al espejo, fue un momento difícil para muchas, algo que suena tan sencillo en realidad no lo era. Me di cuenta que esta ya no era una escuela más de danza sino una comunidad de mujeres en donde todas se apoyan y todas buscan el crecimiento mutuo, ahora realmente me sentía parte de algo.
Han pasado ya 3 años desde mis primeras clases con un equipo increíble de mujeres; si bien no he sido constante en todo ese tiempo por diferentes motivos, de alguna manera siempre regreso. Hoy en día me siento super feliz y agradecida con todas las profes increíbles que he conocido en este camino, admiro mucho como cada una de ellas es y todo lo que aportan y comparten.
Si bien el mundo de la danza está cambiando mucho por la coyuntura del país y el mundo, ellas no se quedan atrás y han visto la manera de seguir llevando todo el arte que tienen a más personas y me hace feliz poder decir que estoy aportando un poco en este proceso. Seguimos aprendiendo y seguimos bailando ¡Gracias Ladies!
